Día invernal, mañana de niebla, mucha niebla, pero esa niebla de los inviernos que invita a leña, orujo y matanza, y eso es lo que hicimos. Como estaba previsto a primera hora de la mañana, a esa hora que todos tememos, porque según las estadísticas es cuando mas descalabro sufren las personas, unos porque irremediablemente tienen que acudir al trabajo, otros porque tienen autentico pánico a abandonar las sabanas calentitas y enfrentarse a la cruda realidad diaria, bien a su soledad y esperemos que los menos a su enfermedad, se procedió al sacrificio del cerdo. Hay que joderse el trabajo y las vueltas que he dado para decirlo, pero dicho queda y bien que lo disfrutamos porque había personas que no habían visto una matanza y otros que ya hacia tiempo que no la veían. El "equipo medico habitual", bien, en su linea y con arte, buenos matanceros con oficio y con afabilidad para explicarle a cada uno que se estaba haciendo en cada momento, a la hora prevista, las migas, cortas ya que los últimos en llegar, sobre las 10 de la mañana se quedaron sin ellas, para el bar, como dirían los taurinos "faena de aliño", café de puchero, tarde, mal y nunca, pero bueno como estamos en jornada de convivencia todo se tolera. Después de esto el personal durante un cierto tiempo se distrae mirando que se hace con el cochino, se cuecen las mantecas, se aliñan las artesas con las carnes para salchichones y chorizos y se salan
sábado, 19 de enero de 2008
Matanza Extremeña
Día invernal, mañana de niebla, mucha niebla, pero esa niebla de los inviernos que invita a leña, orujo y matanza, y eso es lo que hicimos. Como estaba previsto a primera hora de la mañana, a esa hora que todos tememos, porque según las estadísticas es cuando mas descalabro sufren las personas, unos porque irremediablemente tienen que acudir al trabajo, otros porque tienen autentico pánico a abandonar las sabanas calentitas y enfrentarse a la cruda realidad diaria, bien a su soledad y esperemos que los menos a su enfermedad, se procedió al sacrificio del cerdo. Hay que joderse el trabajo y las vueltas que he dado para decirlo, pero dicho queda y bien que lo disfrutamos porque había personas que no habían visto una matanza y otros que ya hacia tiempo que no la veían. El "equipo medico habitual", bien, en su linea y con arte, buenos matanceros con oficio y con afabilidad para explicarle a cada uno que se estaba haciendo en cada momento, a la hora prevista, las migas, cortas ya que los últimos en llegar, sobre las 10 de la mañana se quedaron sin ellas, para el bar, como dirían los taurinos "faena de aliño", café de puchero, tarde, mal y nunca, pero bueno como estamos en jornada de convivencia todo se tolera. Después de esto el personal durante un cierto tiempo se distrae mirando que se hace con el cochino, se cuecen las mantecas, se aliñan las artesas con las carnes para salchichones y chorizos y se salan
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